Registro de la memorable noche del 25 de enero de 2015

Por José Luis Vásquez Espina

Con vibrantes y emotivos discursos celebramos en la Caleta de Loanco el fin de la amenaza que significa la Termoeléctrica Los Robles

La medianoche del 25 de enero se cumplía el plazo para que AES Gener S.A. iniciara la construcción de la Termoeléctrica Los Robles. Fue un momento mágico de muchas emociones, 7 años de lucha en total desigualdad llegaban a su fin.

A pesar de la falta de luz, esa noche decidí registrar con mi cámara, lo que iba sucediendo minuto a minuto, sobre todo los discursos de Marcelo Waddington, Javier Antonio Cancino, Fernando Salinas Manfredini y Rodrigo de la O.

Fueron discursos cortos pero precisos, algunos vibrantes como el de Marcelo Waddington, que nos transportaron a aquellos momentos donde debíamos sacar fuerzas de flaqueza para seguir luchando por esta noble y justa causa.

¿Saben? Mientras encendían la fogata esa noche, cuando las primeras llamas comenzaban a surgir, me sentía como un niño, en la noche de navidad. Porque esa noche estaba recibiendo el regalo más preciado, aquel que más deseaba… y alguien me lo estaba regalando: Mi deseado regalo se llamaba “Esperanza”.

Porque esa noche yo volví a creer, en un mundo más humano, más justo y sostenible. Cuando observaba el crepitar del fuego, pensé en la ”Justicia Intergeneracional”. TODOS los que trabajamos en esta dura y desigual lucha, lo hicimos pensando en mañana, en el futuro, en nuestros hijos amados, en los que vienen después de nosotros.

Todo lo que hacemos hoy ambientalmente…tiene impacto en las futuras generaciones. Ellos tienen derecho a ver el mismo paisaje que yo veo hoy, el mismo mar descontaminado. Ellos tienen derecho al mismo aire que hoy respiro, al mar en que me baño, a los mariscos y pescados que como, sin enfermarme.

Me sentí como un hombre feliz, por tener la suerte en estos siete años, de haber conocido amigos increíbles. Me sentí honrado de haber sido uno de los tantos “LEONES MAULINOS”, que luchamos por la “Vida” de nuestra tierra, libre de la amenaza del cáncer del carbón.

Hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto, y simplemente mientras la fogata se encendía…me sentí alegre…recordé a mis hijas…y llore en silencio…